miércoles, 1 de septiembre de 2010

Tacones cercanos


A veces uno descubre de imprevisto sus debilidades y anoche algo así me sucedió cuando Sijey, súbitamente, apareció en el comedor con una blusa coqueta, tanga y tacones.

No creo que a cualquier mujer esta combinación de prendas le venga bien, pero en el caso de ella, vaya que sí. Simplemente me encendió a los pocos segundos. Además, con toda la intención del planeta, se inclinó un poco hacia abajo y comenzó a ver algo en la computadora, en una pose muy clara: "cógeme por atrás".

La mezcla de tacones con tanga fue letal y, a los pocos segundos, yo tenía mi verga dentro de su vagina. Pronto nos fuimos al sillón café (uno de nuestros lugares favoritos) y la arremetida aceleró sin dudar un minuto. Si algún vecino del edificio de enfrente miró por su ventana, seguro nos vio. Para entonces, Sijey estaba arriba de mí, moviéndose exquisitamente, aunque en esta ocasión sin gritar tanto. Eran gemidos más que otra cosa.

Después, sin detener la acción, se volteó rápido y me dio la espalda. Eran los momentos en que la tanga yacía en el suelo y se encontraba completamente desnuda. La cogida subió de ritmo hasta que no pude más. Me vine dentro de ella relativamente pronto, al menos sí en comparación con la noche previa, en que estuvimos cogiendo durante poco más de hora y media. Vaya final de agosto, un mes sumamente sexual.

Tacones y tanga en mi mujer... nuevo motivo de perversión.