viernes, 2 de abril de 2010

La tercera vez




Habían pasado algunos días después de la primera vez, la cual me dejó un tanto sorprendida, no por buena, sino por "común y trivial". Ya me había quedado a dormir en su entonces casa, esa casa que tiene una historia detrás y que me hace sentir tan incómoda, por lo que bloqueé de mi mente la segunda vez.

Nuestro tercer encuentro fue en nuestro ahora departamento, en ese entonces sólo mío. Casi lo acababa de comprar y aún permanecía vacío, sólo la sala café y el árbol de Navidad me hacían compañía.


Habíamos ido a comprar unas persianas provisionales para la recámara, le pedí que me ayudara a colocarlas y él me pidió que me sentara a su lado.

Sentados en el sillón más grande y creo que conversando, comenzamos a expresar nuestras ganas a través de besos húmedos y miradas coquetas; después, sus manos recorrieron mi cuerpo y fueron bajando cada vez más, hasta que, por primera vez, dio la orden que ahora es común: "quitate todo".

Me despojé de mi ropa mientras él hacía lo mismo. No recuerdo cómo empezamos, a qué posición recurrimos primero, pero cuando me tocó estar hincada frente a él y sintiéndolo muy dentro de mí, descubrí una mirada en él que nunca había visto, entre niño travieso y hombre lujurioso.

Fue la primera vez que se atrevió a jalarme el cabello y descubrió que no me disgustaba en lo absoluto; la primera vez que dio una orden y la cumplí; la primera vez que cogíamos sin pudor y sin persianas.


Tras casi una hora de unir nuestros cuerpos, descubrir nuevas zonas, intentar posiciones diferentes y dejarnos llevar por nuestros deseos, terminó dentro de mí, sonrió y me dijo: "yo no hice nada", a lo que respondí: "eres un mosca muerta".

Hoy, aunque ya no me engaña su cara de niño inocente, me sigue excitando, al igual que su mirada traviesa.



5 comentarios:

  1. La orden es "quítate todo", pero la respuesta de ella es siempre la misma "O seaaaaaaaa".

    Pero lo hace, se desnuda.

    ResponderEliminar
  2. Hombres calientes/traviesos. combinación fatalllllll

    ResponderEliminar
  3. Recordé la película "La Secretaria"...un jefe lleno de inseguridades y una empleada con el autoestima por los suelos que hacen una combinación fabulosa...una película buenísima, cargada de órdenes que como bien dices no desagradan nada!...Desde entonces me gusta que me den nalgadas fuertes...:)

    ResponderEliminar
  4. Una rica nalgadita, jaloncito de cabello y una rica miradita= gran orgasmo

    ResponderEliminar
  5. Las órdenes y las nalgadas, bien llevadas y no "manchadas", siempre pueden ser un extra que le ponga pimienta al momento. No soy partidario de lo violento, pero algo de hardcore es bueno.

    ResponderEliminar